La conquista de la décima Copa de Europa por
parte del Real Madrid ante el Atlético en Lisboa
se vivió intensamente en San Fernando. La
mayoría de los bares del centro, como Los
Gallegos, Los 40 calentitos y el botellín,
La buhardilla, El 44, El
Balandro, La Sacristía, Royalty
y Soho, entre otros, se llenaron de
aficionados que optaron por ver la histórica
final madrileña en compañía de los amigos y
saboreando una cruzcampo.
Los rojiblancos se la prometían muy felices tras
la cantada de Iker Casillas y el gol de Godin
que ponía al Atlético de Madrid con ventaja al
borde del descanso.
Gabi ya se veía levantando la Copa de Europa
cuando, en el minuto 93, apareció Sergio Ramos,
el Tarzán de Camas, para poner el 1-1 y llevar
la final a la prórroga.
En la media hora extra todo cambió y el Madrid
pasó por encima del equipo de Simeone. El gol de
Bale, tras la espléndida jugada de Di María,
desató la euforia entre los hinchas blancos y la
guinda la puso el gol de Marcelo, clave en el
cambio de rumbo del partido, y el penalti
transformado por Cristiano Ronaldo que le
permitió al portugués exhibir sus poderosos
abdominales.
Una
celebración sin incidentes
Tras levantar Iker Casillas la Copa de Europa,
los aficionados merengues se lanzaron a la calle
y, poco a poco, fueron llenando la plaza del
Rey, donde se congregaron unos 500 seguidores,
muy jóvenes la mayoría y que, a buen seguro,
estaban festejando su primera Copa de Europa.
La fiesta se desarrolló en un clima de
normalidad y sin ningún incidente, ya que antes
de acabar la final ya había varios coches de la
Policía Nacional y también de la Policía Local,
que hicieron ver que subirse al caballo de
Varela conllevaría una sanción de 600 euros,
según relató un aficionado merengue a
deportedelaisla.com.
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Los jóvenes lo celebraron en la plaza del Rey.
Abuela (d), madre, tía y nieto vestidos del Real
Madrid y las bengalas no faltaron en la
celebración.
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