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05-09-2017 | FÚTBOL - SEGUNDA DIVISIÓN B | LA CONTRACRÓNICA DE ANTONIO MARÍN
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Antonio Marín: "Fe ciega en la plantilla, ya que la actitud del San Fernando CD está siendo óptima"
 
En su contracrónica indica que "los isleños son como el héroe griego Ulises, que no paraba de atravesar infinitas odiseas, bajas inesperadas, alineaciones debidas o indebidas y goles en los estertores de los partidos que te privan de salir con un smiley de sonrisa"
 


Pedro Ríos completó un buen encuentro en el debut ante la afición isleña y donde luchó hasta la extenuación.

 
El San Fernando Club Deportivo y el Córdoba B cerraban la 3ª jornada del grupo IV de Segunda B en este primer domingo de septiembre y con horario aún estival. Mucha más presencia de público que en la primera jornada. También de mosquitos, ávidos de sangre (o quizás de fútbol).

Césped, marcador, vallas, cantina y marcador de cambios, ¡Soluciones ya!

Antes de empezar el choque y, ya que estamos en exámenes de septiembre, un repaso de materiales. A ver. ¿Césped? Insuficiente. Hasta el propio Toni Doblas tuvo que tapar boquetes, además de su portería. ¿Marcador? Insuficiente. ¿Vallas publicitarias? Zero, como una conocida bebida refrescante. ¿Cantina? Insuficiente. ¿Marcador de cambios? Insuficiente. Por favor, soluciones ya. Modo cariño ON.

El conjunto azulino  venía de perder con honores en el estadio Romano y de querer hacernos perder en los despachos lo que se empató en la 1ª jornada. El domingo, el San Fernando contó con dos factores detonantes. El primero, ese que te permite ganar guerras (aunque no siempre batallas), la ACTITUD, que está siendo óptima. El segundo, una mala noche del colegiado Expósito Jaramillo que se “cenó” (dada la hora) un penalti cometido sobre Carri. Penalti de manual del principiante, capítulo 1. Además con el agravante de tener un perfecto campo visual. ¡Ay, San Fernando CD, cuando la vida te da la espalda...!

 


Nano Cavilla se retiró hundido tras el empate en el 94.


El marcador del estadio Bahía Sur sigue siendo un mamaracho y el Patronato no le pone una solución.

 

Una zaga prácticamente 'contra natura', pero enorme en su trabajo y esfuerzo

El partido en sí comenzaba con jugosas novedades. La epidemia de bajas en la zona defensiva provocaba que Pérez Herrera tuviera un Sudoku atrás. Pedro Mariño en el lateral derecho, puesto desconocido para él hasta hace una semana. Nano Cavilla como lateral zurdo, olvidando el esguince de su tobillo. Gabi Ramos haciendo pareja con Lolo Guerrero. Una zaga prácticamente contra natura, pero enorme en su trabajo y esfuerzo. Otra novedad, Pedro Ríos, un “coloca”, otro fichaje Panini (Levante y Getafe).

Los cordobesistas contaban con jóvenes conocidos como Sebas Moyano, Víctor Mena, Jordi Ortega o David Moreno, junto a los nuevos Lavín (canterano del R. Madrid), Sillero (canterano del Sevilla FC y Almería), Aguado (ex del Real Jaén) e incluso el autor del gol, Laro Setién, hijo de Quique Setién, técnico del Real Betis. Los blanquiverdes, por cierto, vestían un rosa fucsia muy cuqui.

El equipo salió on fire los primeros veinte minutos, con una magnífica combinación de actitud y aptitud. Los de La Isla dieron muestran de peligro en las botas de Pedro Ríos, Javi Casares y Carri. Le dimos al Me Gusta del Facebook. Luego comenzaron a estirarse algo más los del Califato. Apariciones estelares de Doblas, bien en vuelo, bien en una salida a la velocidad de la luz. También digno de resaltar la pelea futbolística que tuvo Lolo Guerrero con Sillero (Mayweather vs. McGregor).

Ya con plenilunio y los mosquitos dándose un festín, en el segundo acto ocurrían más cosas que en el viaje de Manuel Bartual por Twitter. De todo, como en Bahía Sur, el teatro de nuestros sueños azulinos. José Herrera movía fichas en el minuto 63. Un canario y un paraguayo por un sevillano y un jerezano. Dentro Óscar Martín y Manu Palma. Fuera, Aguilera y Casares.  Efecto redbull.

Un gol de Óscar... Martín y un penalti claro y cristalino como el agua

En el 67, un gol de cine, un gol de Óscar… Martín. El de Lanzarote entraba como cuchillo en manteca y anotaba un chicharrazo ante el que el meta Lavín no pudo decir ni pío. El gol llenó de felicidad a la afición isleña que, a buen seguro, que el lunes volvió al trabajo con la garganta resentida. ¡Qué bien saben los goles en casa del pobre! Minutos más tarde el mencionado penalti sobre Carri, claro y cristalino como el agua (recordando a Camarón).

Se unía al colmo de la mala suerte la lesión del autor del gol. Y para más inri, ya en tiempo de prolongación, en la última jugada, Laro Setién marcaba un gran gol que pudo ver in situ su padre. El equipo sumaba un punto insuficiente para los méritos contraídos. Este equipo y esta afición se merecían una alegría.

Los isleños son como el héroe griego Ulises, que no para de atravesar infinitas odiseas en forma de lesiones, bajas inesperadas (bye, bye Rubén), alineaciones debidas o indebidas (apelamos a Apelación) y goles en los estertores del partido que te privan de salir con un smiley de sonrisa.

Al igual que Ulises, al final encontrará su patria Ítaca y se reencontrará con su Penélope para tejer las ilusiones de los socios, aficionados y amigos del San Fernando. Fe ciega en la plantilla.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 
deportedelaisla.com | GABY CUMBRERAS | gabycumbreras@gmail.com | 600068278
 
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